
Que los niños nacidos a finales de año tengan más probabilidades de ser “diagnosticados” de TDAH que los nacidos a primeros de año ya es un indicio sólido de que probablemente estamos forzando la marcha de los niños pequeños y no estamos entendiendo cuales son sus necesidades.
Por eso es tan interesante lo que revela este estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (California) concluye que retrasar un año la entrada en el jardín de infancia reduce espectacularmente la incidencia de TDAH. “Encontramos que retrasar un año la entrada en el jardin de infancia un año reducía la falta de atención e hiperactividad en un 73% a la edad de 11 años, y eliminaba prácticamente la probabilidad de tener un comportamiento inatento o hiperactivo “anormal” o “más alto de lo normal“.
En realidad podríamos hacer la lectura al revés, y preguntarnos si una causa de falta de atención, mucho movimiento, ganas de hacer otras cosas que rellenar fichas y de “problemas de aprendizaje” para aprender lo que todavía no toca no será la escolarización temprana, la educación excesivamente académica antes de tiempo, el mantenerlos tantas horas al día sentados en una silla y la falta de juego. Los niños pequeños aprenden mediante el juego y el movimiento. Y esto es así nos parezca bien o no.
Y ahora viene lo más notable del artículo: el estudio no habla de retrasar la escolarización de los 3 a los 4, ni de los 4 a los 5, sino ¡¡de los 5 a los 6 años!! En España, niños de 3-4 años están ya sentados frente a una mesa, aprendiendo los números y las letras, muchísimo antes de estar mínimamente maduros para ello, coloreando fichas y sacrificando lo más importante que pueden hacer a esa edad: jugar. ¿cuanto daño estamos haciendo a nuestros niños? Que además se lleven deberes para casa ya es para llorar.
También hay que preguntarse no sólo cual es la edad idónea para empezar el jardin de infancia sino cual es la función que cumple la educación infantil a esas edades. En Finlandia y países nórdicos los niños comienzan la escuela a los 7 años, y sí, muchos niños van antes a un “kindergarten”, pero lo único que hacen es jugar, la mayor parte del tiempo al aire libre.
Muy a menudo se diagnostica de “TDAH” a los “niños que se mueven mucho, quieren jugar, y son supuestamente inatentos” a las indicaciones de las maestras. Lo paradójico es que esta descripción encaja con el comportamiento normal de los niños pequeños, que quieren y necesitan, sobre todo, jugar.
“La cuestión no es sólo cuando se empieza el jardin de infancia, sino qué se hace en él. Si haces del jardin de infancia la nueva primaria, entonces los padres podrían decidir retrasar la entrada. Si no lo es, entonces los padres podrían no retrasarlo“ concluyen los autores del estudio.
Otra conclusión de este estudio, y de otros muchos realizados sobre la etapa de la educación infantil es que prolongar la etapa de juego libre mejora la salud mental infantil. ¿Qué estamos haciendo pues?
Resumiendo: El diseño actual de la Educación Infantil no satisface las necesidades de los niños y están causando daño por pretender adelantar procesos sin tener en cuenta las etapas evolutivas infantiles. Ya hay suficiente evidencia. ¿A que estamos esperando?
Isabel F. del Castillo